En 2018, cuando el precio de Bitcoin rondaba los $4,000 y muchos estadounidenses consideraban que las criptomonedas eran solo una moda pasajera, Katie Haun se encontraba en un debate en la Ciudad de México enfrentándose a Paul Krugman, el economista galardonado con el Premio Nobel que había desestimado los activos digitales como prácticamente sin valor. Mientras Krugman se centraba en las fluctuaciones extremas del precio de Bitcoin, Haun redirigió la conversación hacia otro tema: las stablecoins.